lunes, 8 de julio de 2013

Gajes del Oficio

Mi actividad como abogada laboral a lo largo de estos pocos años de práctica me han permitido conocer infinidad de currículos, solicitudes de empleo de la clase que mantiene este país, es decir la clase obrera. Es peculiar como una máxima entre estos documentos impera sin excepción alguna cuando se les pregunta cuál es su meta en la vida, sin más ni menos y aunque para muchos parezca burda la respuesta, todos estos pretenden alcanza la plenitud estableciendo: ser alguien en la vida. 

Yo me pregunto, a qué se refieren con ser alguien en la vida,  qué no por el simple hecho de no haber tenido las mismas oportunidad los hace inferiores al resto, qué no tan sólo con ya venir a este mundo a vivir, ya solos alguien, somos el legado de nuestros ancestros, somos un cúmulo de vidas pasadas, pero sobre todo estamos siendo, siendo uno, con identidad y características que por encima y más allá de una posición económica o social, nos distingue de las bestias: es esa calidad humana con la que venimos casi todos programados, pero sobre todo en que este mundo terrenal y en cualquier otra dimensión, mientras existamos como cuerpo y espíritu formamos parte de un universo al que le vale madre que profesión y cuánto dinero tengamos; ¿y entonces por qué diablos habríamos de medir con  cuestiones banales como el dinero y bies materiales quiénes estamos siendo y sobre todo haciendo distinción de nuestros iguales?

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